De acuerdo con el informe Estados de salud de la Empresa Española, la patología organizativa más grave sigue siendo el estrés, que obtiene una puntuación de 6 sobre 10, según el modelo Patologías Organizativas, creado por el profesor Javier Fernández Aguado.

Interesante es el análisis que se establece entre las distintas patologías y las capacidades y habilidades de las personas, que inciden en los resultados de las empresas. Así, se muestra como la disminución de la miopía impacta positivamente en la retención de clientes y en la evolución de las ventas. La mejora en la impotencia, refuerza la orientación a resultados y la obtención de recursos. Una mejor puntuación en cáncer potencia la predominancia del nosotros frente al yo, por ejemplo.

Las empresas señaladas en el informe como más saludables organizacionalmente, son las provenientes de Banca y Seguros. Sin embargo, más allá de estos sectores son múltiples las empresas y sectores que están desarrollando proyectos de salud organizacional, con gran variedad de iniciativas.

Algunas de ellas son:

• Portales internos que aglutinan iniciativas en materia de salud, solidaridad y deporte.
• Esfuerzos para potenciar la comunicación, utilizando distintos canales para la divulgación de publicaciones relacionadas con los riesgos de la actividad, ergonomía, etc.
• Planes de acción derivados en encuestas de factores de riesgos psicosociales y posterior seguimiento.
• Días sin cole, que reducen la ansiedad de los padres en los días no lectivos laborales, facilitando actividades para sus hijos.
• Pago por cada kilómetro realizado en bicicleta de camino al trabajo.
• Formación a managers en estilos de dirección saludables.
• Curso sobre cómo cuidar un huerto.
• Escuela de la espalda.
• Pausas para realizar meditación.

Algunas prácticas tienen un alcance que va más allá de la propia organización. Por ejemplo, el evento saludable Walkim Barcelona, organizado por Kainova, que consiste en realizar una marcha nórdica de diferentes recorridos, a la que se puede apuntar cualquier persona interesada. Conocer las best practice de salud y bienestar permite a las empresas mirar más allá de las medidas tradicionales y poder poner en marcha y/o adaptarlas al perfil demográfico de su plantilla.