La pandemia dañó la salud integral de la población. Si bien esto es evidente, la afirmación incluye la salud mental. Esto fue advertido, en su momento, en estas páginas y cada vez es más visible. De hecho, diferentes profesionales de la salud comentaron a Paralelo 32 que les preocupa la cantidad de ansiolíticos que se están recetando y su demanda en farmacias.
Entre las drogas que han incrementado su venta se encuentra el clonazepam, el lorazepam, el alprazolam. Pero la cuestión de fondo es saber por qué está en crecimiento este fenómeno. Para esto, el psicólogo Carlos Argarate habló con Paralelo 32.
Argarate apuntó que los ataques de pánico y las crisis agudas de ansiedad han aumentado mucho durante la pandemia. En este sentido, especificó que gran cantidad de pacientes experimentaban una sintomatología que incluía sudoración, taquicardia, temblores, visión borrosa, sensación de mareo. “En definitiva, los pacientes transmiten haber experimentado una sensación de muerte”, resumió el psicólogo. “Después de la pandemia, sin duda alguna, la gente ha quedado con secuelas”, continuó. Con base en lo anterior, señaló: “Esto ocurre por la fantasía de estar constantemente vulnerable y no saber de qué cosa hay que protegerse. Es como un miedo sin forma porque uno no sabe a qué le tiene que tener más miedo”.
Luego, explicó: “Entonces, por las dudas, extremamos todas las medidas de aislamiento: no nos comunicamos, no nos damos un abrazo, no nos damos un beso en la mejilla, nos saludamos a penas tocándonos con la punta del puño o del codo. Lo anterior se traduce en la pérdida de hábitos sociales que hace que uno se meta más para adentro y esté menos en comunicación”.
Asimismo, el psicólogo contó que sí ha notado un gran incremento de pacientes a los que les han recetado algún tipo de ansiolítico en este último tiempo.
Este mismo dato fue confirmado por distintos farmacéuticos, médicos y, en general, profesionales de la salud a Paralelo 32. Llegado a este punto, hay que contemplar que este tipo de drogas no se puede vender sin receta y que existen casos en los que es necesaria la medicación.
Es importante tener en cuenta que, antes de la pandemia, en distintos congresos de farmacéuticos ya estaban instalados los trípodes de este debate. En 2019 la alarma por la cantidad de ansiolíticos que se vendían había sonado. Luego de la pandemia, esa cifra no hizo más que aumentar vertiginosamente, según el criterio de distintos profesionales. “Hay gente que vive esperando la muerte. Entonces, no vive por esperar lo que va a pasar. Si tuviera que dejar un mensaje, yo diría: «Que la muerte te sorprenda viviendo». Vivir con tanto miedo es como no vivir”, reflexionó Argarate.
Por otro lado, además de la ansiedad, el profesional señaló a la angustia como otro problema preocupante en este marco. Y es que una situación económica desfavorable, donde la inflación destruye cualquier tipo de certeza y los paradigmas de la sociedad ya no son los mismos, sumado a una pandemia y un manejo de la misma que ha estimulado el miedo, genera un escenario propicio para que la ansiedad y la angustia se crezcan. Irónicamente, la misma ansiedad, que es el problema, hace que el paciente quiera resolver de inmediato su enfermedad.
Está claro que pretender curar ansiosamente la ansiedad es una contradicción en términos. Por lo que con sólo la medicación no se llega a ningún lado. Volvemos a señalar que esto no significa que no existan casos que requieran medicación, sino que ésta es insuficiente si se quiere abordar un problema social como el aquí planteado.
FUENTE:
www./paralelo32.com.ar