Pequeños hábitos diarios.
- No salte automáticamente de la cama apenas suene el despertador. Tómese unos minutos para llevar antes a cabo un chequeo atento. Empezar el día con una mayor conciencia del momento presente establecerá las condiciones adecuadas para enfrentarse con mayor calma y ecuanimidad a las situaciones difíciles que la vida le depare
- No salga de casa sin aprovechar la ocasión, en el caso de que viva con alguien, de hablar y escucharles atentamente unos instantes.
- Ralentice el paso cuando se acerque al coche. Conecte con su cuerpo, advierta la presencia de cualquier tensión y trate de relajarla antes de poner el coche en marcha.
- Busque alguna ocasión, mientras conduce, para ir un poco más despacio. Utilice los semáforos rojos como un recordatorio que le permita ser consciente de su respiración.
Caminar con plena conciencia y atención
- Mientras camina, quizá de vuelta al trabajo o simplemente dando un paseo, libere su mente de pensamientos del pasado y del futuro. Concéntrense en su respiración y camine erguido, con la cabeza y la columna alineadas.
- Desplace la atención hacía su caminar. Camine con toda la conciencia puesta el ello, concentrándose en cada paso que da. Sienta como el peso de su cuerpo se desplaza de un pie a otro, como se mueven los brazos y las piernas, y como el aire roza su cara.
Encuentre su calma interior
Aprenda a relajarse durante los momentos de gran estrés. Piense en alguna actividad que pueda asociar a la calma, como por ejemplo estar tendido o tomando un baño caliente. Cuando se sienta bajo presión, piense en su actividad relajante. Su mente lo asociará con un sentimiento de paz y en seguida comenzará asentirse relajado.
FUENTE:
www.actitudpro.com